martes, 28 de septiembre de 2010

FRASES TORMENTOSAS PARA UN HOMBRE PARRANDERO

El 9 de febrero después de tres días terminadas las fiestas patronales de Paraíso, un pueblito bastante alegre, y cuando ya la gente había retomado sus actividades cotidianas, Guillermo Paternina muy conocido por todos como ¨ Guillo ¨ se encontraba aún en la cantina del pueblo, acompañado únicamente por una botella de ron encima de su mesa y tomándose unos tragos. Pero para nadie hubiese sido raro que Guillo estuviese tomando ron después de las fiestas del pueblo, de no haber sido porque desde que Guillo llego a Paraíso solo se le escuchaba decir las mismas frases:
-          “Guillo ralla… Guillo se va pa’ Paraíso”, transcurrían dos o tres minutos y luego decía:
-          Guillo ralla… Guillo se va a tomar un trago.
Guillermo Paternina era un hombre de 65 años, alto, de tés morena y amante al licor, acostumbrado a las labores del campo, ya que desde muy niño se preocupo poco por el estudio y mas por el trabajo con los cultivos y los animales, vivía en una hacienda a las afueras de Paraíso y que era propiedad de Humberto Pérez, un hacendado muy respetado del pueblo, quien sentía un gran aprecio por él, ya que fue la persona que durante mucho tiempo le sirvió a su padre, la verdad es que, Guillo ya no trabajaba, solo supervisaba algunas de las labores de los trabajadores y se dedicaba más a acompañar a Humberto (quien era unos 15 años menor que él) en sus parrandas, cosa que no le agradaba mucho a Francisca Cortizo, mujer de Humberto y quien nunca estuvo de acuerdo con que Guillo se fuera a vivir con ellos.
                                         
Pacha, como era llamada de cariño por su esposo, era una mujer que no le gustaba rodearse con personas que no estuvieran en su misma posición económica, por lo que Guillo no fue bien tratado por ella en la hacienda.

Aunque ese día y los días anteriores, durante el trascurso de las fiestas, a Guillo le preguntaban el por qué de sus repetidas frases, él nunca respondía. Sus amigos del pueblo y quienes lo acompañaron durante las festividades trataban de encontrar la  razón del extraño comportamiento de Guillo, ya que el siempre se había destacado por ser un hombre alegre en las fiestas.

Entonces uno de sus mejores amigos se acerca y le pregunta:
-          ¿Guillo, que te pasa?
A lo que él responde
-          Guillo ralla… Guillo se va pa’ Paraíso.
-          ¿Guillo, estas bien? Pregunta el amigo
-          Guillo ralla… Guillo se va a tomar un trago.

En vista que la situación no mejoraba, fueron en busca del señor Humberto, porque consideraban que él podría saber las razones o por lo menos lo podrían convencer de devolverse a la hacienda. Mientras buscaban a Humberto para traerlo a Paraíso, Guillo en la cantina repetía:
-          Guillo ralla… Guillo se va pa’ Paraíso. Y luego decía:
-          Guillo ralla… Guillo se va a tomar un trago.
Cuando el mejor amigo de Guillo le comenta la situación a Humberto, y le preguntan el por qué del comportamiento y las reiteradas frases de Guillo, este responde:
-          no se, porque yo no fui a las fiestas. 
El hombre aún más extrañado le pregunta:
-          ¿Don Humberto, y usted por qué no fue a las fiestas?
-          Porque tuve una discusión con Pacha – responde
De repente Humberto exclama:
-          Ah, ¿Cuáles son las frases de Guillo?
 El hombre le contesta:
-          Guillo ralla… Guillo se va pa’ Paraíso. 
      Guillo ralla… Guillo se va a tomar un trago.
Humberto piensa y dice:
-          Creo saber que le pasa a Guillo.
Humberto le cuenta a los amigos de Guillo que a las cinco de la mañana del 2 de febrero, ese mismo día que iniciaban las fiestas del pueblo, sostuvo una conversación con Pacha en la sala, muy cerca el cuarto de Guillo. Entonces un hombre le pregunta:
-          ¿Don Humberto, y de que trataba la charla?
Humberto les invita a sentar y les cuenta la conversación:
-          Pacha, hoy nos vamos a la fiesta de Paraíso. – Dice Humberto.
-          Aja Humberto, ¿y donde vamos a dormir? – pregunta Pacha.
-          Hombe Pacha, dormimos donde mi hermana. – Dice Humberto.
-          Aja Humberto, ¿y en que cama vamos a dormir? – pregunta Pacha.
-          Hombe Pacha, nos llevamos unas hamacas. – Dice Humberto.
-          Aja Humberto, ¿y que vamos a comer? – pregunta Pacha.
-          Hombe Pacha, matamos una vaca o un chivo. – Dice Humberto.
Pacha seguía poniendo trabas con el propósito de no ir a las fiestas y continuaba preguntando:
-          Aja Humberto, ¿y que vamos a comer de bastimento?
-          Hombe Pacha, comemos bollos de yuca. – Dice Humberto.
-          Aja Humberto, ¿y quien va a rallar la yuca? – pregunta Pacha.
-          Hombe Pacha, Guillo ralla.  – Dice Humberto.

De repente todos sueltan carcajadas y es cuando comprenden el por qué Guillo desde que llego a Paraíso no dejo de decir estas expresiones.
¨ Guillo ralla… Guillo se va pa’ Paraíso. 
¨ Guillo ralla… Guillo se va a tomar un trago ¨.


Martin Almanza Camaño

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